martes, 26 de junio de 2012

Confío en acciones, no en palabras.

Yo luche por ti, por mi, por lo dos. Te defendí hasta el último día, creí en ti. No quería escuchar al resto del mundo, no los necesitaba si tú estabas a mi lado, eramos tú y yo contra el mundo y ahora es el mundo y tú, todos contra mi.


Siempre me dijeron que el que no lucha no gana, y eso es mentira, yo lo di todo por nosotros, luche hasta quedarme sin fuerzas y no he obtenido resultado alguno, tu te has ido, y ahora me dejas sola.

No quiero no estar a tu lado.

A veces la gente cambia, sin más explicación, lo que antes le entretenía, lo que antes quería, lo que antes era, un día deja de ser, deja de querer, ya no le entretiene, incluso puede que le resulte aburrido. Supongo que yo te vi cambiar, y eso ha sido lo que más me ha dolido. Me prometiste tantísimas cosas, me decías que me amabas, y ahora todo eso ha cambiado, sin ninguna razón, ni explicación, simplemente tú ya no eres ese niño enamorado de esta tonta, aunque yo siga siendo esa niña tonta enamorada de la misma persona. Quizás te merecías algo mejor y te diste cuenta o quizás sea yo la que se merezca algo mejor.


                    


Mentiría si dijera que no te extraño.♥

Hace poco leí que con 50 años habremos conocido a lo largo de nuestra vida a unas 20.000 personas, haciendo una regla de tres obtuvo que un joven de 17 años habría conocido aproximadamente a 6.800 personas, pongamos que la mitad de esas personas, es decir 3.400, son hombres y la otra mitad  mujeres y supongamos que de esos 3.400 solo un tercio está dentro de el margen de edad del que se incluyen todas las personas con las que podríamos tener una relación, es decir, descartarmos dos tercios, donde se encontrarían aquella personas de las que nunca podríamos enamorarnos, familiares cercanos, ancianos, niños pequeños .. Nos queda el siguiente números: 1.333,333...pero redondeando pongamos unas 1.000, de todas esas personas nos enamoraremos de una sola, estamos hablando de una milésima parte y a su vez esa persona se enamorara de una persona entre mil. De esta manera, la probabilidad de la que persona de la que uno se enamora sea precisamente la persona que se enamora de uno es, según las matemáticas, uno dividido por mil por uno divido por mil, lo que es igual a una posibilidad entre un millón, así que, si se diera esa improbable situación de poder estar con la persona que quieres, si el destino ignorase 999.999 opciones y convirtiera esa única probabilidad que había entre un millón, en un hecho, en una realidad que sentido tendría no aprovecharla, que más da lo que venga luego, que importa lo complicadas que seas las circunstancias, si lo más difícil lo que tenia una sola posibilidad entre un millón de ocurrir, ya ha ocurrido.